Esta es parte de la definición de Geoparque Mundial que aparece en la página web de la UNESCO. En la actualidad hay 161 geoparques mundiales de la UNESCO en 44 países.
La creación del Geoparque del
Maestrazgo concitó las esperanzas de muchas personas
emprendedoras que creían en la posibilidad de hacer real esa sinergia entre
divulgación científica y educación ambiental, por un lado, y desarrollo
sostenible y respetuoso basado en los recursos culturales y naturales
autóctonos, por otro. En estos veinte años, numerosas pequeñas empresas
hosteleras y turísticas han apostado por ese modelo, en paralelo con las
numerosas iniciativas públicas que han acometido fuertes inversiones en
infraestructuras, como centros de interpretación, senderos guiados o páginas
web. Con estas iniciativas, la población local ha visto robustecerse la
identidad del territorio, generando una autoestima que en el espíritu de muchos
ha sido capaz de contrarrestar y vencer al desánimo que acarrea la progresiva
despoblación.
Este gran movimiento de “regeneración del siglo XXI” en el Maestrazgo ha entrado en crisis con la avalancha de nuevos y gigantescos proyectos industriales que han empezado ya a instalarse, y que pretenden crecer exponencialmente en el futuro hasta hacer irreconocibles unos paisajes tan excepcionales. Nos referimos a las centrales eólicas y fotovoltaicas que pretenden llenar lo que las grandes compañías eléctricas consideran vastos eriales demográficos y culturales de los que pueden disponer a su antojo. Existen proyectos para levantar más de 500 aerogeneradores de 210 metros de altura, que de forma irreversible romperán el equilibrio y del paisaje y llevan camino de convertirse en el icono del nuevo skyline del Maestrazgo.
Llegamos a la conclusión razonada de que un Geoparque es compatible, y debe ser cómplice, del proceso de transición energética al que nuestra sociedad está abocada, pero no con la avalancha desmedida y descontrolada de grandes proyectos eólicos y fotovoltaicos que se cierne sobre este territorio turolense.
Lee la carta completa y el artículo publicado en el Diario de Teruel.
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